"¿Por qué contentarnos con vivir a rastras cuando sentimos el anhelo de volar?" Hellen A. Keller
"¿Por qué contentarnos con vivir a rastras cuando sentimos el anhelo de volar?" Hellen A. Keller
lunes, 28 de mayo de 2012
lunes, 16 de abril de 2012
lunes, 26 de marzo de 2012
Las palabras.
Palabras. Esas cosas que utilizamos para rellenar silencios
incómodos. Las que a veces nos faltan para expresarnos y nos sobran para
excusarnos. Palabras, y millones de significados. Veces que maldecimos una y
otra vez a nuestra boca por pronunciarlas y otras veces por no hacerlo. ¿Qué
sería de nosotros sin ellas?
Lo cierto es que algunas veces duelen. Se clavan como
astillas y te siguen doliendo durante años. Palabras que no se olvidan nunca;
bien por la felicidad que causaron o bien por la angustia que nos hicieron
pasar. Palabras que nos esperanzan, que nos decepcionan, que nos hacen reír y
llorar, que nos juzgan… Simplemente
palabras.
Simples palabras que a veces lo significan todo y que a veces sobran.
Elena García Domínguez.
viernes, 23 de marzo de 2012
viernes, 16 de marzo de 2012
jueves, 8 de marzo de 2012
lunes, 5 de marzo de 2012
miércoles, 22 de febrero de 2012
miércoles, 1 de febrero de 2012
miércoles, 25 de enero de 2012
¿Qué tengo que decir? ¿Qué tengo que hacer? ¿Qué tengo que pensar? ¿Qué pregunta no tengo que formular?
Qué difícil es coger las riendas sin saber dónde ir. Estar lista siempre para partir a Dios sabe dónde. Afrontar lo que no sabes. Que todo para ti sea desconocido y que para todos seas desconocida. Que todos los días de tu vida estés en guardia; esperando ser atacada. Ser como David frente a Goliat. Sentir que todo se te escapa entre las manos y darte cuenta de que solo tenías aire. Y Ser hormiga en un mundo de “Gigantes”.
Comenzar a caminar en un mundo desconcertarte. Escuchar pasos sin saber si se dirigen a ti. Aprender a escoger, porque no se puede tener todo. Ver como las personas que más querías vienen y van. Correr cuando tienes miedo; echar la vista atrás en un intento absurdo de saber qué es. Darte cuenta de que no puedes controlar ni los latidos de tu corazón. Y ser hormiga en un mundo de “Gigantes”.
Comenzar a caminar en un mundo desconcertarte. Escuchar pasos sin saber si se dirigen a ti. Aprender a escoger, porque no se puede tener todo. Ver como las personas que más querías vienen y van. Correr cuando tienes miedo; echar la vista atrás en un intento absurdo de saber qué es. Darte cuenta de que no puedes controlar ni los latidos de tu corazón. Y ser hormiga en un mundo de “Gigantes”.
jueves, 19 de enero de 2012
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