"¿Por qué contentarnos con vivir a rastras cuando sentimos el anhelo de volar?" Hellen A. Keller

"¿Por qué contentarnos con vivir a rastras cuando sentimos el anhelo de volar?" Hellen A. Keller

jueves, 31 de marzo de 2011

Improviso

Quizá solo sea un engaño, y todo lo que vivo sea una gran mentira, pero… ¿Y qué? Si, si eso mismo, ¿y qué? Que más da vivir en un engaño, cuando en el te sientes feliz, que más da vivir en una mentira cuando es la más dulce de las mieles. ¿Quizás? Probablemente. Probablemente puedas engañarte a ti misma, probablemente solo te perjudique... Pero mientras vives en un mundo de mentiras y vives feliz, muchos viven en la realidad y viven amargamente el presente. Prefiero tocar el cielo y descender empicado al frio suelo, que no probar el cielo y vivir en un infierno. ¿Insensata, loca, idiota? Si, puede. Pero mientras tú estás viviendo una realidad cruel yo vivo la más tierna fantasía; “Querer y ser querida”. Tranquilo, pequeño entusiasta del mal ligero, estaré contigo, pronto o tarde quién sabe. Solo sé, que vivo una felicidad, me da igual cuando pueda acabar, porque no la voy a soltar. Permíteme decirte, niño imprudente, que quizás sea algo idiota, pero soy feliz.
No soy guapa, ni alta, ni rubia, ni de ojos claros, pero… ¿Sabes lo que si soy? Soy: comprensiva, fiel, tenaz y sincera. Y Si, puede… puede que sea antipática, y que sea algo borde, pero ¿no te preguntas el por qué? Por ti, por ese y por aquel. Por eso soy así, quizás me hice algo más gruñona y algo histérica, pero es para poder conocerte cuando no todo marcha bien. ¿Qué por qué? ¡Por favor, no me hagas reír! Tal y como están las cosas, o comes o te dejas comer. Si, quizás sea fría como el hielo y dulce como el veneno, ¿y qué? Si yo tengo todo lo que necesito. Tengo a quien querer y a quienes escuchar. No necesito nada más. Soy esa clase de persona que no te arrastra con ella al desastre, que te sonríe cuando está agonizando, que te consuela cuando as pecado, soy esa clase de persona que te lleva de la mano, que aunque tu no creas que está ahí, lo está. Quizás, no te achuche o quizás no te haga reír cuando quieres llorar. Sinceramente, no pretendo que escondas en una sonrisa falsa, un llanto mañanero, para hacerme feliz. Pretendo querida mía, que cuando llores, lo hagas, y te desahogues, pretendo, que tras haber exiliado unas pocas lagrimas, puedas reírte sin miedo a llorar. Perdona por ser así, pero así seré. ¿Equivocada? Tal vez.
¿Qué que pretendo? Ni yo sé, lo que pretendo. Improviso.

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